miércoles, 2 de marzo de 2011

ALDEHUELA DE YELTES: GRACIAS...

Viajar por una carretera secundaria, entre los campos charros con sus encinas abiertas al cielo nuboso de marzo es todo un regalo. Viajar sola con tiempo para pensar y distanciarse de la realidad que, a veces, nos sobrelleva.
Me reciben ayer en Aldehuela de Yeltes con una sonrisa en los labios, como en la mayoría de los pueblos donde ver un coche nuevo es la noticia del día y, a veces, de la semana. Saco las maletas y me preparo para tener las dos sesiones más sencillas y bonitas desde hace tiempo.
Recuerdo especialmente San Esteban de la Sierra donde, hace un par de años me recibieron con los oídos bien abiertos en la plaza del pueblo para escuchar mis historias. Estaban en fiestas, la gente se agolpaba no sólo para escucharme, sino también en la puerta del bar para tomar un trago sin apartar ni un segundo sus oídos atentos de mis historias. Aquella sesión fue un regalo. La atención y dedicación del pueblo hacia mí fue el segundo presente.
Ayer fue un día de éstos en los que una vuelve a casa después de trabajar sintiéndose más que satisfecha con lo que ha hecho, es más, rebosante de alegría mi sonrisa. Y es que, ¡cómo me escucharon en Aldehuela de Yeltes!
Un pequeño pueblo donde no pasa el tiempo, los perros se tumban en la carretera sin miedo, las casitas son pequeñas, las ventanas cerradas, las vacas y los caballos pastan saboreando la primavera en todo el verde del campo y el sol, cuando asoma, se cuela entre puertas y rendijas para calentar las sonrisas de a quienes no les importa vivir con un pie anclado en el pasado.
La misma energía tranquila que desprende el pueblo al entrar es la que tienen en el colegio. Abro mis maletas y despliego mi pequeña biblioteca ambulante y sus ojos y oídos agradecen hasta la más pequeña historia, el mínimo gesto. Todo un lujo el ser escuchada con esta minuciosa atención.
Y yo vuelo de libro en libro,de historia en historia con todos ellos.
Pequeños pueblos como éste son los que hacen un esfuerzo por contratar actividades culturales. Sé que niños/as y profesores/as quedaron agradecidos con mi trabajo pero el agradecimiento tiene que ser mío.
Gracias por invitarme a contaros unas historias. Gracias por escucharme con tanta atención.
Que no se pierda la sencillez de los pueblos...
Hasta la próxima.

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